Me preparé para leer esta noche, fui por mi té con miel a la cocina, acomode mis almohadas, prendí un incienso de lavanda, me acomode sobre ese espacio entre la blandura, y procedí.
No recuerdo en que momento, la historia de Poe sobre un hombre dentro de un pozo oscuro y amenazado por un péndulo, que posiblemente lo partiría en en algún momento, me convertí en ese hombre desesperado a punto de morir, ese fue el momento en que descubrí que siempre fuiste péndulo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario